miércoles, 8 de abril de 2009

YAU Capítulo 2 Ya estoy adaptado


No recuerdo la hora pero de oigo un movimiento en el exterior, Javi se está preparando para salir. Abro la funda y saco la cabeza, como si me hubieran dado un puñetazo, el frio exterior entra en mi nariz que hiela rápidamente los pelillos, lo veo que se incorpora y rápidamente hago lo mismo, salgo al exterior y me doy cuenta que un zapato ha quedado fuera de la funda, con las prisas, pienso, pero este ha sido un gran error, el tercero, esto no tiene que volver a pasar, rápidamente, no hay que perder tiempo, me visto poniéndome encima de la funda, con algo de nervios me pongo los zapatos, menos mal que el frio es seco y el zapato no se ha convertido en un bloque de hielo, me lo pongo y rápidamente me pongo a andar alrededor del campamento improvisado para ir calentando los pies,al final no ha sido tan grave pero indica que no tengo que dejar nada al azar, este pensamiento me tensionará durante toda la aventura.

Ya estamos vestidos y en orden de marcha, aún es de noche y empezamos a caminar despacio para no sobrecargar las articulaciones, que aún están frías, por un sendero que serpentea entre los árboles iniciamos la etapa de hoy, estoy muy contento, ya he pasado la primera noche, sigo vivo y una gran excitación invade mi cuerpo, ya estoy adaptado ¡!!!, pasamos silenciosamente al lado de unos competidores que están durmiendo al lado del camino, han hecho con una pala una pequeña explanada al lado del camino para montar dos tiendas de campaña. Seguimos adelante y hacemos algunas filmaciones para el reportaje de TV3 y TV Aragón, el día es muy bonito y nos encontramos con un terreno con muchas subidas y bajadas, vemos los restos del vivac de los corredores de la Yukon Quest, restos de paja en a nieve para salvaguardar a los perros de las extremas temperaturas y agujeros en la nieve con trazas de haber realizado una pequeña fogata. Javi se adelanta, veo que se va alejando y me quedo solo pero tranquilo ya que estoy preparado para cualquier vicisitud que pueda ocurrirme. La radiación solar y un cielo despejado sin nubes ofrece unos paisajes bestiales, en el cielo diviso un pequeño avión, lejos, muy lejos, estamos muy apartados de cualquier centro habitado. Fisicamente estoy muy agotado pero tengo la mente al 130% lo que me dá un seguridad en mi mismo que pocas veces he podido disfrutar, las piernas me están aguantando muy bien aunque la espalda está muy tensionada por estas subidas y bajadas arrastrando el trineo que se ha convertido en un apéndice de mi. De golpe aparece una figura en el camino, un zorro, lustroso y con el pelo brillante, que me mira indiferente, parece que sea lo más normal del mundo y no me he alterado ya que la majestuosidad y la indiferencia de este animal me ha dado la sensación de formar parte de este paisaje tan duro, supongo que los dos sabíamos que no implicábamos ningún peligro, le guiño un ojo como señal de complicidad y continuamos nuestro camino por la sinuosa y estrecha pista por la que circulamos, esta imagen la recordaré como una de las más bonitas que he visto en mi vida. A los pocos metros veo varias trampas para animales, no en vano estoy en zona de tramperos y por ello creo que mi amigo zorro no debe pasar hambre aunque su brillante piel puede convertirse en un abrigo para cualquier dama de la jet-set si es cazado , estas imágenes me dan una visión de lo grande que es el territorio Yukon. Se ha acabado el temor y camino alegremente, cada vez voy más rápido, de pronto, a mi espalda oigo un ruido, una moto de nieve, me aparto en un pequeño recoveco para dejarlo pasa y hablamos un momento, tiene el aspecto de un buscador de oro, enfundado en un abrigo de pieles, frondosa barba y una profunda mirada, me pregunta que es lo que hago allí y me ofrece un poco de te y me explica que lleva a dos turistas de excursión que están al llegar, la generosidad que desprende es bestial y me indica que quedan unos veinte km para el CP2 Dog Grave, a continuación pasan dos tiros de perros que van siguiendo la Quest, estos breves encuentros se irán repitiendo a lo largo de la aventura cosa que interrumpirá, agradablemente, las muchas horas de introspección que llenan las muchas horas en solitario.

Me doy cuenta que no tengo mucha agua, y esto es un problema en estas tierras, encuentro una zona donde puedo dejar el trineo y buscar la cazuela y el quemador que funciona con una mezcla de butano/propano, para evitar que se hiele, pongo la pala debajo y lo enciendo, cojo un puñado de nieve y tapo la cazuela, poco a poco iré añadiendo mas nieve mientras como un poco de lomo de “Can Deulofeu” y unas frutas secas que traigo. Mientras estoy enfrascado en hacer el agua veo una sombra a mi espalda, me sobresalto un poco, no es un lobo, menos mal, es un gran perro de color blanco, que demonios estará haciendo allí pienso, le doy un trozo de lomo y nos hacemos amigos mientras lo acaricio, ¿Qué puede hacer un perro en estas tierras?, tal vez sigue el rastro de una de las hembras de los dos tiros de perros que han pasado hace un par de horas. Ya he solucionado el tema del agua y estoy a punto de reemprender la marcha cuando llega una esquiadora que participa en la carrera, me dice que detrás llega su hermano y que le diga que lo esperaré en Dog Grave.

Sigo adelante y después de una zona de subidas y bajada llego a una larga cuesta, con el peso del trineo me cuesta avanzar pero sigo adelante, a la mitad veo que una figura se acerca, es Javi otra vez, hace mala cara, ¿Qué te pasa?, le pregunto, me parece que me he lesionado, me duele mucho la cadera, me dice. Estamos aproximadamente a unos 8 km del CP y otra vez avanzamos juntos, esta vez más despacio ya que las subidas y bajadas son continúas, pienso que el resto de la aventura será así, nada que ver con las perspectivas de un terreno bastante llano. Poco a poco cae la noche y vemos un rótulo que indica que solo faltan cinco km, unos 45 minutos mas tarde llegamos a una especie de cruce de caminos donde hay una tienda de lona con una chimenea en medio que me recuerda donde dormían los antiguos buscadores de oro.

Al lado de la tienda se ven algunos vivacs y aparcamos el trineo, enseguida entramos en la tienda donde hay dos chicas, una de ellas enfermera de la carrera, que muy amablemente nos ceden una silla para poder reposar nuestros cansados cuerpos y entrar en calor mientras nos ofrecen un liofilizado, nos quitamos los cubre-zapatos que ponemos al lado de la estufa y me quito el soft-cell que está totalmente tieso y congelado, lo cuelgo a una cuerda que hay en la tienda junto al pantalón de goretex y el forro térmico, me cambio la ropa interior superior y como el liofilizado, que sabe a rayos, y una taza de chocolate que repito ya que este calor interior me vendrá muy bien para pasar la noche. En la tienda de campaña estamos dos canadienses, los de la organización y nosotros, al cabo de una hora llegan dos corredores mas y les cedemos nuestro lugar para que puedan calentarse mejor, veo reflejada en su cara el cansancio y pequeños carámbanos en sus narices.

Javi sigue quejándose del dolor en la cadera y lo intento animar diciéndole que después de este banquete y una buena siesta se quitan todos los males. Rápidamente salgo al exterior de la tienda, hace mucho frio y como tengo la ropa en la tienda secándose voy más que rápido para montar el vivac, suerte del abrigo de plumas, ha sido el mejor textil que he llevado y que solamente lo utilizaba en las paradas como esta. Esta vez he montado el vivac como un campeón y sin ningún tipo de estrés ni nervios, he dejado la pulca al lado por si necesitaba alguna cosa por la noche y esta vez he tenido mucho cuidado de poner entre la funda y el saco los dos zapatos en una bolsa, el plumas y la hermilla térmica y el bote del pis que no falte ya que he bebido muchos líquidos para reponerme de tanto esfuerzo, me instalo y noto que la temperatura no es tan baja como el primer día, es mucho más agradable aunque me empieza a doler la espalda y tomo un antiinflamatorio para pasar la noche.

Como si lleváramos los relojes biológicos sincronizados nos levantamos a las cuatro horas, rápidamente, ya estoy habituado al medio y previamente he pensado todos los gestos y acciones que tengo que hacer para ir rápidamente a la tienda de la organización donde tengo la ropa y los dos termos que llené horas antes con agua, uno cono Powergym y otro con sopa, casi no cruzamos palabra alguna mientras nos incorporábamos pero en la tienda Javi me dice que no puede, que le duele mucho y que no se siente capaz de continuar, suerte que no hay espejos, lo animo ya que puede ser que por la noche haya dormido en una posición que haya agravado su lesión pero que a medida que se vaya calentando la musculatura será más llevadero, no hace muy buena cara, supongo que yo tampoco, suerte que no hay espejos. Como un poco mientras termino de acercar la ropa a la estufa, aún no está suficientemente seca. Al levantarnos vemos que uno de los corredores del equipo de los mediáticos (Así llamábamos al equipo inglés que hizo una presentación estelar de su proyecto en el partido Inglaterra-Italia del torneo de las Naciones de rugby, lo vimos en el Youtube) . Comemos un poco de la comida que llevábamos y vamos al exterior para preparar la salida, Javi no puede, lo espero un rato conminándole a que camine para calentar la musculatura, estoy preocupado por el ya que después lo que me ha ayudado en el primer día me parecería horrible que tuviera que abandonar, pasado un buen rato me dice muy que no puede continuar, sus ojos me dicen que está convencido y resignado a quedarse, no puedo hacer nada más y decido continuar, estas son las decisiones que más duelen en las carreras de ultraresisténcia, abandonar a un amigo, donde el compañerismo es el valor más importante ya que solo podemos contar con los demás corredores para corregir todos los errores y seguir adelante. Muy triste, me saltan unas lágrimas de rabia, me alejo en la oscuridad, son las seis de la mañana.

1 comentario:

Ari del Perellò dijo...

Impresionant!!

Gràcies Salvador per compartir amb nosaltres la teva gran aventura!!!

:-)

Amunt, sempre amunt!!