jueves, 16 de abril de 2009

YAU Capitulo 3 - Hoy me toca a mi estar mal

Para ver otro punto de vista de la misma experiencia podéis visitar el blog de Javi Subias:

http://javibarbastro.blogspot.com/

La noche me envolvió y perdí de vista a Javi, las lágrimas de rabia se me habían congelado pero mi mente seguía dándole vueltas a tan desagradable suceso. El maestro me había dejado solo, aunque con todos los conocimientos necesarios para seguir sobreviviendo en unas condiciones extremas, transitando por un estrecho sendero entre pinos sigo pensando en Javi, como se sentirá, ¿debería haberme quedado un poco más?, preguntas que martilleaban en mi cerebro seguramente debido a que la conexión que se establece entre los corredores, que tienen en común un mismo reto u objetivo, es impresionante, va más allá de cualquier sentimiento conocido ya que eres consciente de todo el sacrificio, entrenamientos con multitud de horas en soledad que ha tenido que hacer para llegar a aquel punto de la aventura.

Con tantos pensamientos y un sendero muy entretenido se me fue pasando el tiempo, hasta que de pronto veo a mi derecha seis puntos rojos entre los árboles, muy al fondo entre la maleza, se mueven, ¿serán los lobos?, supongo que si lo son tendrán más miedo que yo, me imagino a unos pobres animales sorprendidos por una intensa luz de un solitario aventurero arrastrando un extraño aparato, yo me asustaría. Los ojos se mueven en la noche y desaparecen en la oscuridad como almas que se lleva el diablo. Sigo avanzando, me doy cuenta que cada vez hay menos señales en el camino, no hay mucho problema ya que solamente hay una senda pisada. Sigo adelante con mis pensamientos, intentando positivizar al máximo la situación que estoy viviendo, reflexiono sobre la suerte que tengo de estar allí, solo y preparado para casi todo, pero al trazar una curva veo otra vez un montón de pequeñas luces centelleantes, yo dirá unas veinte, ¿Se habrán reunido los lobos para darse un banquete?, soy poca comida para tantos cánidos ya que he ido perdiendo bastante peso por el camino, empiezan a ladrar como locos pero no se mueven, les enfoco con la luz y veo una moto de nieve aparcada a la derecha, con el frontal repaso todo el terreno de mi alrededor y vislumbro otra moto y un tiro de perros, menos mal, mis castigados huesos ya están a salvo.

Aún es de noche, sigo transitando por la sinuosa pista, casi todo el rato de bajada lo que permitía un buen ritmo, cada vez habían menos señales y seguramente llevaría media hora sin ver ninguna cuando me asalta la duda de haberme equivocado de camino, la única posibilidad era que cuando encontré el tiro de perros hubiera un cruce, sopeso esta situación y decido seguir adelante diez minutos más, ansiando encontrar las señales de la organización pero no hay suerte y decido dar la vuelta hasta el cruce, tardo unos cuarenta minutos y verifico que no hay otro camino, esta vez los perros ni han ladrado, menos mal, solo me habría faltado que hubiera despertado a los mushers y me hubieran dado la bienvenida con un cartucho de sal . Este sendero se remonta a la Fiebre del Oro y actualmente tiene una utilidad más lúdica para hacer excursiones en moto de nieve. Hace algunos años esta pista fue reconocida como parte de la Trans Canadá Trail.

Empieza tímidamente a salir un poco de luz y poco a poco, perezosamente, se va levantando el corto día, enfadado por las casi dos horas que he perdido siguiendo las marcas decido pararme a comer un poco de este jamón de “C’an Deulofeu”, fuente de vida y energía y a preparar una bolsa de frutos secos para ir comiendo por el camino, mientras admiro el maravilloso paisaje veo a lo lejos una figura que se acerca lentamente, no distingo quien es pero decido esperarlo pensando que podría ser Javi, aquella figura se va acercando y ya puedo distinguir una chaqueta de color Ferrari, ¡!!!Ya no hay duda!!!!, grito, Javi y veo que levanta los palos, nos abrazamos efusivamente, no hay palabras para poder describir esta alegría. Incrédulo le pregunto cómo es posible recuperarse en tan poco tiempo, hace muy buena cara aunque los esfuerzos de estos días hacen mella en nuestras facciones. Me explica que la enfermera de “Dog Grave” que nos estuvo mirando los pies, para descartar congelaciones, le había dado una píldora maravillosa que le había recuperado de los intensos dolores de la cadera, me dice que no hay que parar ya que no sabe lo que va a durar el efecto y que quiere llegar cuanto más lejos posible, le pregunto si le han dado otra para cuando termine el efecto o el nombre de las pastillas para pedir otra en el próximo control, me dice que no lo sabe, nos volvemos a poner en marcha, otra vez en procesión, esta vez encabezo el grupo . Hace frio y el día es un poco gris, parece que ha terminado la bajada y empezamos a subir por unas cuestas cuando de pronto Cyd, la guapa esquiadora de Whitehores que se para a nuestro lado, trasmite una fuerza excepcional, hablamos un poco en “Espanglish” y nos dice que su hermano va bastante rezagado ya que va muy cansado, Cyd se va alejando hasta que desaparece tras un bosque.

De pronto empieza a nevar, solo faltaba esto, aquellos nubarrones grises por fin descargaban su gélida carga, en silencio seguimos avanzando, ahora Javi lleva la delantera y me dice que quiere apretar un poco la marcha para llegar lo más lejos posible antes que se despierte su cadera. Poco a poco desaparece aunque durante más de dos horas lo veo entre los árboles, por fin ha parado de nevar y sale un sol radiante que hace que incluso tenga que ponerme las gafas de sol para evitar que se me quemen las retinas, me paro para buscar un poco de colirio debido a que tantas horas despierto además del sol me han irritado los ojos, está totalmente congelado y me lo pongo entre la primera y la segunda capa, noto su gélido tacto pero me pongo en movimiento para aumentar la temperatura corporal mientras me hidrato con la bebida isótónica que me había preparado en “Dog Grave”. Sigo subiendo y el paisaje va cambiando, ya no hay tantos árboles y parece una pista de esquí, a lo lejos veo a Javi que acaba de pasar por una caseta, es un refugio para casos de emergencia y no está cerrada, la pista se está ensanchando por lo que supongo que ya debe quedar poco para Braenburn Lake, que equivocado estaba. La radiación solar hace que me quite una capa de ropa para evitar sudar mucho y que se congelara más tarde. Y aprovecho para ponerme el colirio. Noto que me estoy deshidratando y decido parar a la izquierda para comer algo y derretir un poco de nieve, como un autómata pongo la pala en posición horizontal y encima monto el hornillo y lleno la cazuela con nieve en polvo, lo tapo y espero que se derrita la primera parte de la nieve, al cabo de unos cinco minutos ya está hirviendo y la trasvaso a otra cazuela donde introduzco la bombona de Primux , a partir de este momento el fuego empieza a salir con más fuerza y me facilita poder derretir mas nieve con más rapidez, este Javi es un fenómeno, lleno los dos termos con Powergym y me tomo un antiinflamatorio ya que la espalda empieza a dolerme, mientras lo hago llega el segundo esquiador, pasa como una bala ya que hace bajada, nos saludamos y nos damos ánimos mutuamente.

El sendero es ancho y bien cuidado y va haciendo unas subidas y bajadas que empiezan a molestarme en la espalda, esperemos que el “inacid” haga pronto su efecto, a la izquierda veo lo que intuyo un lago y en el sendero tengo que atravesar zonas con mucho hielo, con cuidado y sin necesidad de ponerme los grampones rápidos y los paso sin dificultad. Serian las cinco de la tarde cuando me pasan unas motos de nieve de la organización que me dicen que faltan unos 15 kms, mucho más de lo que yo pensaba, que le vamos a hacer hay que adaptarse y suerte que tengo aún un termo lleno, espero llegar al CP con este litro de agua, ya será justo, pienso. Sigo por el sendero que se va empinando, a los lados hay muchos árboles, parece un camino que transcurre por la Cerdanya que lleva a las estaciones de esquí de fondo, mientras estoy pensando en esto empieza a oscurecer y paro otro momento para buscar el frontal, he llegado justo a tiempo ya que pocos instantes después la noche me abrazaba, en aquel momento me di cuenta de la magnitud del silencio que me atrapaba, ya no estaba contento debido a que valoraba mi estado en general, que no era bueno, el cansancio había hecho mella en mi y mis maltratados huesos me estaban doliendo mucho, decido tomarme un Nolotil para amortiguar el dolor de espalda que cada vez me está dando más complicaciones.

Sube, sube, sube, cada vez hay más “dubbies”, como si fuera un circuito de motocrós debido a los acelerones de las motos de nieve, me están machacando, ahora estoy pasando uno de los peores momentos de esta aventura, el dolor, la soledad y el cansancio cada vez me preocupan más, tenebrosos pensamientos me están viniendo a la cabeza, ya no puedo más y creo que voy a abandonar, no merece la pena sufrir tanto, he venido a disfrutar y solo espero llegar al CP y descansar. Son las diez de la noche y llevo 16 horas seguidas pateando. Llego a una gran explanada con un cruce de caminos, a la derecha hay marcas de la carrera por un estrecho sendero que me conducen a una bajada espectacular de unos cincuenta metros que tengo que hacer corriendo ya que el peso del trineo me obligaba a ello, al final un lago y unas luces, me imaginaba que solamente tenía que atravesarlo y que terminaría la pesadilla, me siento encima de la pulca y hago una foto de mi cara para ver como estoy, la miro y veo reflejada en la pantalla unas facciones desconocidas, ¿quién era este tipo?, tenia los pómulos hundidos y los ojos salidos, me fijo en la gorra que lleva….. era la mía, nunca me había sentido tan mal, estaba destruido física y psíquicamente, la espalda me dolía horrores pero a lo lejos vislumbraba aquellas candelas, ¿sería Barenbaum?, me levante y despacio empecé a avanzar por aquel gélido lago, poco a poco fui apretando el paso, tenía muchas ganas de llegar.

Llevo 18 horas y llego al final del lago, a partir de ahora será pan comido, pienso, cuanto me equivocaba, unas subidas en las que tenía que apretar de riñones para llegar a la cumbre y otra vez para abajo corriendo para evitar que el trineo me arrastre, ya no veo las luces y estoy totalmente KO, como un boxeador sonado que sigue encima del rin, no se sabe cómo pero está de pie, mientras se tambalea, intentando dar un puñetazo a una sombra imaginaria que no existe, así estaba yo, con un solo objetivo en mi mente, llegar al final y mandarlos todos a … no sé donde, “Esta carrera de locos” que decía Jordi Abueso en la Marathon de Sables cuando llego un día a la meta con la nariz sangrando y con una cara de dolor extremo me vino a la memoria, supongo que estaba delirando un poco o mucho. Son las 8 de la noche cuando vuelvo a ver la luz que ilumina una casa, por fin he llegado, pero mi meta me guarda una sorpresa, Javi se está preparando para salir, más tarde me enteré que no se quedó a dormir. Nos abrazamos y le digo que ya no puedo más, ahora me ha tocado a mi sufrir, el me dice que hace un par de horas que ha llegado, que descanse y que decida entonces que es lo que tengo que hacer, hace mucho frio y algo de viento, Robert nos hace una foto y me parece que le di un grito de ánimo y que terminára la aventura por mí, se aleja entre las brumas y desaparece en la noche.

Entro el Braenbourn Lodge, hay corredores que están al lado de la estufa esperando calentarse para continuar, me saco la ropa y la pongo a secar, estoy tiritando. Se acerca Robert Polhamer y me da unos papeles, son mensajes de mis amigos, cuanto me alegran ya que es un gran motivo de alegría poder ver que tus amigos se preoucupan por tu salud, y le digo que ya no puedo más, que estoy destruido, me dice que hago mala cara y que vaya a comer algo y vaya a descansar lo antes posible, es un cachondo este Robert. Una mujer de amplias caderas se acerca y me dice que quiero comer y me da una carta para que elija, el plato estrella es una hamburguesa gigante, la pido además de una cerveza, que engullo rápidamente y pido otra, hay que hidratarse. Veo en una pared la lista de corredores y sus tiempos, supongo que pronto apuntarán mi abandono.

Este extraño local está situado al lado de la carretera de Whitehorse a Fairbanks y está regentado por Lee y Steve, este último de unos 150 kg en canal, con un delantal sucio y con una espesa barba, imagen de un motorista que más tarde confirmo mientras miro en el local las fotos de moteros por doquier. Cuando se sienta lee un libro y nos mira encima de sus gafas incriminando lo locos que estábamos de hacer este tipo de barbaridades, tampoco estaba muy equivocado. Me llevan una hamburguesa inmensa, nunca había visto una tan grande, necesitaría diez bocas como la mía para darle un bocado, ahora, si hubiera sido igual de buena que de grande hubiera sido un éxito y no era sí. Al lado de la estufa veo que mis ropas están humeantes y las separo un poco, voy comiendo con desgana además de reafirmarme en dejar aquella carrera. Pregunto dónde puedo descansar y me dicen que está fuera en un anexo, dejo la ropa secándose y cojo algunos bártulos, el resto está en la calle en el trineo mientras nieva. Me acompañan a la habitación y me dan el “Drop bag” (bolsa que podíamos dejar en las 100 millas), al menos podría comer algo y ponerme ropa seca. La habitación era minúscula, de unos seis metros cuadrados con dos camas y unas maderas que hacían el hecho de armarios, la habitación está muy mal pintada y suerte que llevo el saco, al menos en estos sitios tan frescos no hay pulgas, hay un cuadro horrible que parece una especie de animal con grandes ojos pintados con peor gusto. Me siento en la cama y me doy un masaje a las piernas y me tomo un antiinflamatorio y como algún fruto seco e intento dormir, el dolor no me lo permite y permanezco estirado durante mucho rato con la luz encendida, suerte que no tengo calambres. Al cabo de una hora llega otro competidor y se pone a descansar, apagamos la luz y poco a poco el mundo va desapareciendo de mi vista, por fin estoy descansando, veremos cómo me despierto dentro de un rato. Mañana será otro día y esperemos que sea mejor que hoy.

5 comentarios:

DAVID CAMPS dijo...

Collons nano si que foties mala cara, la mare que hem va parir.
Quin fart de patir m'estic fotent només de llegir la teva cronica. Ha veure si uns dia hem vens a veure i fem un cafè.

Anónimo dijo...

Deu ni dor. Hi tornaries ara que ja han passat dies?

Anna

Anónimo dijo...

Salvador antes que nada te envío un gran abrazo desde Venezuela siempre recuerdo los días en el Sahara y siento la necesidad de volver algún día pero en estos momentos tengo otras metas que cumplir. En Octubre volveré hacer papá por lo que mis aspiraciones de hacer el camino de Santiago en 19 días en el mes de Octubre se esfumaron por este año. Pero el año que viene pienso ir en Mayo. He pensado mucho en Atacama veo que Eduardo esta en lo mismo tal vez nos pongamos de acuerdo y nos encontramos en algún desierto del mundo

Saludos cordiales,

Juan Carlos Albertos

Anónimo dijo...

Quina canya…!Ho estat llegint per sobre i invita a començar des del principi i quedar-te amb tots els detalls que expliques.

Elisa Quintana

Fred de l'Ari dijo...

Quin luxe poder compartir amb tu la teva trepidant aventura.
Gràcies per arribar tant lluny i per disfrutar fent-ho, encara que sigui patint una mica ..... ;-)
Una abraçada cálida dsdl Perelló